tag:blogger.com,1999:blog-55023479990702473462024-03-06T01:19:28.924+01:00Nosotros los faisanesNosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.comBlogger7125tag:blogger.com,1999:blog-5502347999070247346.post-64702989063361937052014-02-22T06:01:00.003+01:002021-04-19T14:58:39.743+02:00Peta Zetas en la boca del muerto<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik1sbi1khVkcBKpRWBhIGehSLbSYobmAAX6YAKcEC9uaQvodEMPkJKgHjD-zLQ3eU_G11Dc0lBN8y6oN3TKi1gTg9EiJ6k39peA057lKLUTqeW_LSXPspymfWi4QYh7p8jktnfHH5Wc1EO/s1600/IMAG0677.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik1sbi1khVkcBKpRWBhIGehSLbSYobmAAX6YAKcEC9uaQvodEMPkJKgHjD-zLQ3eU_G11Dc0lBN8y6oN3TKi1gTg9EiJ6k39peA057lKLUTqeW_LSXPspymfWi4QYh7p8jktnfHH5Wc1EO/s1600/IMAG0677.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , sans-serif">No estaría mal que hiciéramos un
alto en el camino, en este valle de crisis y lágrimas, para
refrescarnos con un poco de risa en forma de divertimento literario
leyendo el último libro de Juan Soto Ivars, ganador del XVIII Premio
de Novela Ateneo Joven de Sevilla. Se trata de <i>Ajedrez para un
detective novato</i>, un divertido y delirante libro policíaco que
nos cuenta, en forma de memorias, la rocambolesca historia de un
negro del mundo editorial que la vida empuja hasta convertirlo en el
aprendiz de Marcos Lapiedra, el más mujeriego e impresionante
detective de todos los tiempos. Es curioso que detrás de este libro esté
el autor de <i>Siberia </i>(2012), una novela de tonalidad bien
distinta, esteparia, sufriente y que nos hablaba con cierto desengaño
sobre la noche madrileña y la culpa. En efecto, el cambio de color
del camaleón Ivars desde <i>Siberia</i> hasta zonas más lúdicas de
la palabra nos demuestra que tenemos en él a un escritor con lengua
extensible, incapaz de estarse quieto y con ganas de probar nuevas
líneas que atrapen apetitosos insectos que acabarán en la
página, para goce y disfrute del personal. Variado <i>gourmet </i>a
gusto del lector. Casi nada. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , sans-serif">Solamente tienen que asomarse a <i>España
is not Spain</i>, su habitual sección de El confidencial,<i> </i>para
darse cuenta de que Ivars puede retratar nuestro país haciendo que
nos partamos de risa a la vez que descubrimos el sinsentido de
escribir como si nos hubieran traducido del inglés. Esa era la
sensación que algunos teníamos al leer novelas paridas por gente de
aquí que había sufrido graves intoxicaciones de Carver o de
Kerouac. Eran surfistas con tablas de planchar que tenían mucho
miedo a cadencias más clásicas de la prosa y a los cambios de
género. Por eso, a uno le sube la regla de gusto cuando lee <i>Ajedrez
para un detective novato</i> y comprueba que la prosa puede brillar
como un cervantino metal, aunque Ivars utilice para ello la mugre castiza
de nuestra España más rancia y binguera. Y es que este escritor
murciano puede implicar a Bertín Osborne en una frase sin que esta
pierda el empaque que merece la buena literatura. Pero claro, para
eso es preciso llevar en las venas hectolitros de Valle Inclán, de
Jardiel Poncela o de Umbral, y los estómagos están delicados
después de tanto cómic en prosa. En <i>Ajedrez para un detective
novato </i>uno siente ese agradable vértigo de cercanía/lejanía
con lo moderno/clásico. Es un <i>pulp</i> de raíz,
rítmico, inteligente, trabadísimo, que nos empuja al ansia
de la lectura y nos dispara imágenes en el cerebro como si
estuviéramos más allá del cine. Por eso no debería sorprendernos
que fuera uno de los heroicos abanderados del <i>Nuevo Drama</i>,
movimiento dispuesto a traernos cosa buena, prosa adictiva y de
calidad, emoción verdadera e impulso de savia genealógica. A lo
mejor, con escritores como él, vamos dejando poco a poco atrás la
cantinela de “qué mal está el panorama literario actual”, que ya
empieza a resultar cansino ese cuento, a base de repetirlo. Todas
esas quejas no son nada más que fascismo de la mediocridad, que como
todo fascismo no razona, repite. Viene de este modo Ivars a
practicar una divertida respiración asistida a un muerto llamado
España, el animal herido que echa por la boca espumarajos y cifras
espantosas de paro. Y para ello introduce una dosis adecuada de sus
Peta Zetas literarios en la boca del difunto, no con la esperanza de
recuperar las constantes vitales de su PIB (la receta para conseguir
eso es posible que esté en algún manuscrito póstumo de Einstein
sobre la Teoría de la Relatividad) sino para que el cadáver sienta
esas cosquillitas de eternidad que produce la buena literatura.</span><br />
<br />
<span face=""arial" , sans-serif"><i>Ajedrez para un detective novato</i></span><br />
<span face=""arial" , sans-serif">Juan Soto Ivars</span><br />
<span face=""arial" , sans-serif"><i>Ediciones Algaida 2013 </i> </span></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<br />
<br />Nosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5502347999070247346.post-26174856392338845632014-01-24T06:19:00.002+01:002021-04-19T14:58:54.064+02:00¿Y no habrán de resucitar los vivos?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHnakIBKg8ktkvPgDSTB5Owg8-9C_rX_4_xf7Q-OLeYkLPndI2QWtBNr9evRK1O84mrHC4TOXZCCS9sf5sgCxAauIMPVSbSFh-8Tet7k69EzoPdV5N7JyCfvcHxHLbp7Z7pEPIY_CFvx5u/s1600/IMAG0632.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHnakIBKg8ktkvPgDSTB5Owg8-9C_rX_4_xf7Q-OLeYkLPndI2QWtBNr9evRK1O84mrHC4TOXZCCS9sf5sgCxAauIMPVSbSFh-8Tet7k69EzoPdV5N7JyCfvcHxHLbp7Z7pEPIY_CFvx5u/s1600/IMAG0632.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span face="Arial, sans-serif">Hay
escritores que piensan que el contenido político de la literatura
acentúa antiestéticamente las arrugas del texto cuando pasa el
tiempo. Escritores que piensan que la ideología es un depreciador de
lo artístico que hace que la palabra escrita envejezca mal. Algunos escritores ven en Cortázar a un genio artísticamente
enflaquecido por el compromiso. En ocasiones, se trata de veganos de las letras que
solo piensan en su puesto en los altares, guiados por un insaciable e
individual afán de panteón. Un selecto ganado
porcino que acude al matadero de las editoriales para intentar
resucitar a Cervantes o a Kerouac usando respiración asistida,
alentados por los deseos de alimentar con su carne al interminable
monstruo de su vanidad.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Pero
no nos interesan. Ellos no nos interesan. Su panza se desinfla si
dejamos de mirarlos y vale la pena dedicarle los esfuerzos y la
atención a gente como Viktor Gómez, que sabe que el sufrimiento, el
desahucio y las luchas de los demás pueden ser el barr(i)o de un
escritor, su materia prima, el anclaje para abrocharse al suelo y no
pretender el absurdo parnaso de los <i>snobs</i><span style="font-style: normal;">.
Estamos aquí para hablar de </span><i>Pobreza</i><span style="font-style: normal;">,
su último libro, y para demostrar con su ejemplo que las ideas no
solo no deprecian el arte (ese otro precio, el que no se cifra en
oro), sino que le sirven de soporte, de justa vara de medir, de
acicate en la búsqueda de la belleza, cualquiera que sea su forma.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es el último libro de Viktor
Gómez, sí, pero aparte de eso es muchas cosas más:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es la voz de los desobedientes,
de los incómodos, una instantánea del dolor. </span><i>Pobreza </i><span style="font-style: normal;">es
</span><i>la humanidad como un botón muy flojo en la chaqueta, la
fragilidad de los sumergidos. </i><span style="font-style: normal;">Sus
páginas son centros de internamiento para extranjeros, barrios
invisibles, lugares donde confundirse con los que sufren, donde
adoptar su color y compartir su carne para que nos duela el
mismo cuerpo. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>...al
amparo de lo previsto en el artículo 137 puede usted morir usted
tranquilamente en su puesto de trabajo en el caso de recurrir ingrese
primero la cantidad monetaria intimidatoria pertinente..</i></span></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es la oscura luz que abre los
ojos, el momento en que intuimos que </span><i>chocar es nacer</i><span style="font-style: normal;">,
una alternancia de tinieblas e iluminaciones. </span><i>Pobreza </i><span style="font-style: normal;">es
</span><i>vivir a ciegas y en los tumultos. </i><span style="font-style: normal;">Es
saber que hemos tropezado violentamente con las claridades,
contemplar </span><i>cómo se desfiguran a plena luz del día las
mentiras, oír cómo la luz se deshace y nos depone su amarga moneda.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>aprieto
el puño abro la mano y espolvoreo la luz</i></span></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>abro
la mano cierro el puño y amaso sombra</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es un poema al que le huele el
hocico a pólvora, una bala certera, una distancia corta, lo que,
menos mal, </span><i>nos queda aún en celdas y túneles. Pobreza es
</i><span style="font-style: normal;">el olfato que nos permite
descifrar la trampa, en una ciudad </span><i>cercada por barreras y
candados. Pobreza </i><span style="font-style: normal;">es estar
sitiado por </span><i>policías y modelos en frenesí, </i><span style="font-style: normal;">ser
arrollado por </span><i>caballos en tropel... el temblor de la tierra
pisoteada.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i> no
sé jugar con piedrecitas</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i> pero
sí adivinar</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i> </i></span><i style="font-family: Arial, sans-serif;">en
qué mano te besó</i></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i> la
ortiga</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es un poema que se habla a sí
mismo, tanto que parece una espontánea secreción de la página. Es
poesía al acecho, el poema que se persigue y se acorrala, la
criatura a la que se le obliga a respirar bajo nuestras armas.
</span><i>Pobreza </i><span style="font-style: normal;">es la
persecución del verbo, miles de ciervos huidos.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
<br /></div>
<div align="CENTER" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>el poema baja sucio de luz lávalo
contra tu pecho no finjas otra voz lee depacio que el bicho abra las
alas que se lleve lejos tu niña</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es Celan en mitad de la acera,
en un descampado, en la cola del metro. </span><i>Pobreza </i><span style="font-style: normal;">es
</span><i>no pronunciar la jaula, </i><span style="font-style: normal;">un
poema al que le han arrancado las comas de las frases. </span><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es la colección de fragmentos
de lo que fue pisoteado, una sucesión de vacíos, de espacios,
de alambres, de ladrillos, de voces...</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>-¿cómo
se llama lo antes desnudo?-</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza
</i><span style="font-style: normal;">es también un fragmento de
intimidad, un lugar de </span><i>El libro de Jana </i><span style="font-style: normal;">donde
descansar del ruido, donde apartarse de la corriente para dejarse
llevar.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>ahora
que viajo a la velocidad del silencio</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>guardo
en mi sangre esa música</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Pero, sobre todo, <i>Pobreza </i>es un
germen, una semilla, una incitación. La chispa necesaria para que
ardan todas las páginas que no dicen nada.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>¿y
no habrán de resucitar los vivos?</i></span></div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br />
<br /></div>
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span face="Arial, sans-serif"><i> </i></span></div>
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pobreza</i></span></div>
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span face="Arial, sans-serif">Viktor Gómez</span></div>
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span face="Arial, sans-serif">Editorial Calambur 2013</span><br />
<span face="Arial, sans-serif"> </span></div>
Nosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5502347999070247346.post-82398473424174453992013-11-18T01:23:00.004+01:002021-04-19T14:59:09.920+02:00Las tres caras de la moneda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_T2lsS4menPQXqXXyRrlxctPJu3AQUHmUU8mu_mH4OiE2u-N-2S6WcvK-wHslCW9o1GrY4MWTUVUKucfSIfpXCum9bgbE1Jn7tacxhzyzoiUeT6QhdGYK8y40K1yNGjgOUEBw-RAsOz6y/s1600/las+tres+caras+de+la+moneda+foto.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_T2lsS4menPQXqXXyRrlxctPJu3AQUHmUU8mu_mH4OiE2u-N-2S6WcvK-wHslCW9o1GrY4MWTUVUKucfSIfpXCum9bgbE1Jn7tacxhzyzoiUeT6QhdGYK8y40K1yNGjgOUEBw-RAsOz6y/s320/las+tres+caras+de+la+moneda+foto.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Las
tres caras de la moneda </i><span style="font-style: normal;">es el
título del último libro de Jorge Gamero. Se trata de un libro
heterogéneo y tenaz, bien trabajado y pulido, en el que las
historias toman distintos formatos y enfoques dando forma a un
recipiente en el que caen valiosos objetos de distinta procedencia,
como si se tratara de uno de esos cajones en los que conviven
tijeras, papeles, caramelos, bobinas de hilo, algún botón y unas
gafas para ver bien convenientemente guardadas en su funda. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">El
libro está estructurado en tres partes: </span><i>Gajes del oficio,
Del amor y sus (d)efectos </i><span style="font-style: normal;">y</span><i>
Otros asuntos pendientes. </i></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">En
</span><i>Gajes del oficio</i><span style="font-style: normal;">,
Gamero rinde homenaje al universo de lo literario: el trabajo sin fin
de las letras como tarea y oficio, los libros que forman parte de su
mundo, las fobias y filias del escritor, el conflicto entre la vida y
la ficción. </span><i>El café </i><span style="font-style: normal;">es
una breve pieza incluida en esta parte que dibuja una minuciosa
descripción del café literario como especie en extinción, muy al
gusto de los escenarios de las ficciones de Gamero. </span><i>Coitus
interruptus </i><span style="font-style: normal;">nos cuenta la
historia de un escritor que no se decide entre la página y el sexo
con su mujer y en </span><i>Reciclaje</i><span style="font-style: normal;">
construye una historia a partir de títulos de libros, como si se
tratase de una tarea de costura a base de retales de libros, con una
habilidad, minuciosidad y labor de encaje dignos de admirar.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">En
</span><i>Del amor y sus (d)efectos</i><span style="font-style: normal;">,
la segunda parte de </span><i>Las tres caras de la moneda,
</i><span style="font-style: normal;">encontramos un relato
especialmente valioso: </span><i>Habitaciones</i><span style="font-style: normal;">,
la historia de tres parejas que se encuentran en un hotel. En él,
cada párrafo nos traslada a cada una de las parejas en sus
respectivas habitaciones, y los hilos de la ficción se entrelazan
con sabiduría narrativa hasta cerrase en un solo nudo que cierra el
relato con increíble elegancia. También encontramos </span><i>La
giganta</i><span style="font-style: normal;">, en el que el humor
sazona la narración de un encuentro entre una mujer inmensa y un
amante vencido por las proporciones de su rival sexual, o </span><i>La
masajista</i><span style="font-style: normal;">, que bien podría
haberse titulado </span><i>Crónica de un calentón</i><span style="font-style: normal;">,
en el que Gamero mezcla sabiamente dosis de humor, desbordamiento
léxico y sensitivo y unas interesantes concepciones del ridículo o
la mediocridad como victoria, que parecen compartir muchos de sus
personajes en el libro.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> La
tercera parte, que cierra el libro y tiene por título </span><i>Y
otros asuntos pendientes</i><span style="font-style: normal;">, es un
grupo de relatos en los que podemos encontrar, entre otros, una
castiza ficción de género policial (</span><i>El detective Farol)</i><span style="font-style: normal;">,
un relato de desbordante imaginación que retrata un ficticio
equipo de fútbol (</span><i>La alineación)</i><span style="font-style: normal;">,
una historia sobre una mujer mayor que pierde poco a poco la memoria
(</span><i>Oscuridad) </i><span style="font-style: normal;">y </span><i>La
cosa</i><span style="font-style: normal;">, ficción que aborda el
urgentísimo y actual problema de los desahucios por impago de las
hipotecas.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Mira
Gamero la literatura de abajo a arriba, en contrapicado, con humildad
y admiración, como si fuera un adorado </span><i>tótem</i><span style="font-style: normal;">,
y el libro está recorrido por interesantes reflexiones sobre su
relación con la literatura mientras pide permiso para entrar en el
café y se interroga sobre los sagrados monstruos de los libros que
admira. En nuestra opinión, Gamero puede estar tranquilo porque ya es capaz de mirar a las letras a los ojos, de tú a tú, a la misma
altura, porque su libro revela destreza en el manejo de las armas,
capacidad de regate y, sobre todo, la indispensable condición para
que lo escrito despliegue las alas y levante el vuelo: imaginación.
No es necesario ya pedir permiso para entrar en el café, ni mirarse
ocho veces al espejo para ver si el traje nos queda bien. Las frases
de Gamero son la carta sobre la mesa de un escritor que cuenta. El
café te espera, Jorge, el traje está hecho a medida, tu sangre
lleva a Vila Matas y a Landero, pero esa sangre ya es tuya. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Gamero
es un narrador de esa discreta forma de heroísmo que es preguntarse
si uno está a la altura, un escritor que consigue escapar de lo gris
con la dignidad intacta, el trabajador de la línea y la palabra, el
que lucha con los posibles ritmos de la página, con las sílabas y
la voz que nos habla desde el libro. En su literatura hay ganas de
jugar con el juguete y una constante búsqueda de la ilusión como
escudo, una ilusión que pueda tirar de nosotros con ojos siempre
asombrados.</span></span><br />
<br />
<br />
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"><i>Las tres caras de la moneda</i></span></span><br />
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Jorge Gamero</span></span><br />
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Editorial Gramática Parda 2013</span></span><br />
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Colección Gramática Narrativa</span></span><br />
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"><i> </i> </span></span></div>
<br />Nosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5502347999070247346.post-6010139738614698492013-11-06T01:59:00.002+01:002021-04-19T14:59:23.684+02:00Sergio Galarza no es JFK (afortunadamente)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdjukFepWLUY5xr51HgisavFizoq_R4_Oz0Z3HEo4NwxcDao_Kdyl-CjfyafoKb-0ruyykZZyk8t7P8nb7W581G2MTKur14XtT_9TYIT8YVjP7tXcvnYBYvCNEZgT6RbMLD0vl7_o32mai/s1600/jfk+foto.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdjukFepWLUY5xr51HgisavFizoq_R4_Oz0Z3HEo4NwxcDao_Kdyl-CjfyafoKb-0ruyykZZyk8t7P8nb7W581G2MTKur14XtT_9TYIT8YVjP7tXcvnYBYvCNEZgT6RbMLD0vl7_o32mai/s320/jfk+foto.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Si nos mostraran las iniciales JFK
como si fueran una de esas manchas que enseñan los psicólogos para
ver lo que nos pasa por dentro, nos vendría a la mente aquel
político americano recorriendo las calles de Dallas en un
descapotable, acompañado de su mujer y con el cráneo atravesado por
varios balazos. <span style="font-style: normal;">En</span>
esta ocasión, sin embargo, les invitamos a que esquiven esas
desagradables imágenes criminales y políticas de los años sesenta
para establecer otra relación no menos potente: <i>JFK</i>, la
última novela de Sergio Galarza. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">El escritor peruano afincado en Madrid
nos ofrece la segunda entrega de su trilogía madrileña que ya
iniciara con su anterior publicación, <i>Paseador de perros </i><span style="font-style: normal;">(Candaya
2009),</span><i> </i><span style="font-style: normal;">para contarnos</span>
la historia de <b>J</b>. <b>F</b>ernández <b>K</b>limkiewicz, un
joven de barrio que acaba dedicándose profesionalmente al oficio de
<i>escort</i><span style="font-style: normal;">. Para quien no lo
sepa, JFK explica en la primera página de la novela en qué consiste
eso: </span></span><br />
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> </span><i>Algunos
pensarán que mi nombre es una broma y otros que solo soy un puto
chapero, pero ¡cuál es la diferencia! Sé que para muchos un </i><span style="font-style: normal;">escort
</span><i>y un chapero son lo mismo, aunque los dos comparten menos
similitudes de las que podrían imaginarse. Un </i><span style="font-style: normal;">escort</span><i>,
grabénselo, es un terapeuta.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">JFK va y viene por las calles de
Madrid atendiendo las llamadas de sus clientes y asistimos a un
desfile de personajes que deambulan por su diván psicosexual:
ejecutivos, amas de casa aburridas, gente que busca compañía o simplemente quiere sentirse deseada. La voz del <i>scort </i>nos
acerca las intimidades de esa ciudad de necesitados y lo hace bien.
Nos cuenta a través de sus ojos lo que sucede en los dormitorios, en
los salones de las casas, en las oficinas, en los apartamentos, en
los hoteles. Su discurso está buscando continuamente una
dignificación de su oficio y acaso nos arroja una nueva manera de
entender las jerarquías. Es un personaje que huye de las
intelectualizaciones pero continuamente se hace preguntas: ¿Qué
necesitamos? ¿Qué nos hace felices? ¿Por qué la tristeza? ¿Cómo
se deterioran las relaciones humanas? Y es que una buena novela no da
respuestas sino que debe formular/reformular las preguntas de una
manera especial. JFK busca un sentido estético a la vida, un sentido
de autenticidad en la intensidad de lo vivido a través del afán de desnudar
las cosas para verlas con toda su crudeza. Al final, nos quedan en la
página trozos de vida en forma de palabras (no es poco) que nos
ayudan a recomponer el interminable puzzle que todos llevamos dentro.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">La atmósfera psicológica de la
ciudad está absolutamente aprehendida, pero no es <i>JFK</i> una
novela de mero ambiente. <i>JFK</i> es la ciudad que nos rodea y la
que todos llevamos dentro, una búsqueda del origen de la desilusión
y un consuelo encontrado apenas en unos fogonazos de vida que nos
conmueven: una película, una canción, las palabras de un amigo, un
abrazo en el último momento, unos billetes escondidos para alguien
que los necesita pero jamás los pediría.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>JFK </i><span style="font-style: normal;">es
también una novela que reflexiona sobre la familia y sus trampas, los silencios, las inevitables inercias, las incógnitas en forma de
fingimientos y la imposibilidad de vivir sin llevar una máscara. Encontramos en sus paginas a un padre que
parece nacido de una fotocopiadora y trabaja en una imprenta, a una
madre fiable como un electrodoméstico irrompible, a un hijo que acabó
como </span><i>escort </i><span style="font-style: normal;">porque
todas las decisiones no son iguales y a veces somos elegidos y no
elegimos. </span><i>Éramos una familia de </i><span style="font-style: normal;"><i>mentirosos</i>,
dice JFK en un momento del libro. Y quizá sea el tema de la familia
la columna vertebral invisible que sostiene la novela. En ese
sentido, </span><i>JFK </i><span style="font-style: normal;">es una
novela que va más allá del esteticismo y ahonda en las
preguntas importantes. No es mero formalismo o catálogo de
referencias al que cierto tipo de escritores modernos nos tienen
cansinamente acostumbrados. La aparición de los elementos culturales
que sirven de referencia a la arquitectura emocional del personaje
(canciones, programas de radio, Dios manta, películas, imágenes,
estética en definitiva) emerge con natural necesidad, sin
exhibiciones de erudición </span><i>hipster</i><span style="font-style: normal;">.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Sergio Galarza demuestra que puede
atravesar el mundo con una prosa sencilla que no caiga en lo simple o
lo vulgar. Enseña a los aprendices de Bukowski que, en literatura,
los disfraces sencillos no tienen porque ser más baratos. Sabe que
lo sencillo no excluye el matiz, sino que lo contiene. Nos dice a
cada página: había una manera de decir eso que nos pasaba, y no era
tan difícil, pero de cerca que estaba no lo veíamos. Para muestra
un botón:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Me vanaglorio de mis poderes para
detectar los puntos frágiles de las personas que solicitan mi ayuda,
pero siempre fui incapaz de saber qué había dentro de mi amigo y
tampoco me preocupé por descubrirlo. Es algo típico que ocurre con
la gente que tienes más cerca, como cuando le pones una etiqueta a
una caja sin saber qué contiene.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">La novela nos enseña que huir es una
forma de vida y un final que nunca acaba o nos conduce siempre a
alguna parte, como el final de <i>Los cuatrocientos golpes</i>:<i> …
una mañana me despertaría listo para empezar de nuevo, sin pasado,
ni muertes, ni clientes invadiendo mi sueño con llamadas
desesperadas</i>, proclama JFK, como manifiesto de su huida.<i> </i>JFK
huye a pesar de la velocidad (<i>… todo ocurría como en un
videoclip: las imágenes pasaban de una forma tan violenta que me era
imposible detenerlas para anilizarlas,) </i>y lo hace porque el
mundo a veces se derrumba y hay gente que nos quiere donde se supone
que deberíamos estar y nos lo recuerda cuando queremos levantarnos:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
… <span face="Arial, sans-serif"><i>eres un puto</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>-Ya no, lo dejé.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>-Eso es lo que tú crees, toda la
vida serás un puto, aunque te cases y tengas hijos.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Sigue batallando Galarza, en esa
carrera, con el difícil y arriesgado deporte literario del <i>alter
ego</i>. Ya lo hizo en <i>Paseador de perros </i>y en <i>JFK </i>da
un paso adelante. Se advierte una evolución en el escritor que sigue
afilando su cuchillo libro tras libro, sin caer en lo convencional ni
en una inercia perezosa. Solo alguien que busca en las palabras como
él lo hace puede acabar dando con frases como: <i>Dibujaba sonrisas
inútiles que se derretían como plástico tirado al fuego. </i>Impecable
Galarza. Lejos de acomodarse en la autocomplacencia o en la
literatura confesional, construye un personaje tupido que posee
existencia propia, un lugar, unos lazos, un conflicto, una búsqueda,
y no es mera extensión del que maneja los hilos de la ficción.
<i>Cuando me retire tendrán que darme un premio a mi trayectoria
como actor </i>dice JFK, algo que podría interpretarse como una
ironía de la voz de Sergio Galarza, escondida detrás de la de JFK
(que no es él).</span><br />
<br />
<br />
<span face="Arial, sans-serif"><i>JFK</i></span><br />
<span face="Arial, sans-serif">Sergio Galarza</span><br />
<span face="Arial, sans-serif">Editorial Candaya 2012<i> </i> </span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Nosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5502347999070247346.post-52955962595808654982013-10-16T01:27:00.002+02:002021-04-19T14:59:40.539+02:00De este agua sí beberé<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy6zO6S7fCJd8Cnl2vDwzUgckRqnQMud8ixHsYM-BcoQiwjHotbRnDhkhHxDMZsP9s5ttnVBd4ZaLgXsNucufiR6uTpU8JHq8gRvnNGEtF9iczyuAdq2MnKUKqfcM0g1gO0ucs-SzRIL60/s1600/los+pozos+del+deseo+foto.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy6zO6S7fCJd8Cnl2vDwzUgckRqnQMud8ixHsYM-BcoQiwjHotbRnDhkhHxDMZsP9s5ttnVBd4ZaLgXsNucufiR6uTpU8JHq8gRvnNGEtF9iczyuAdq2MnKUKqfcM0g1gO0ucs-SzRIL60/s320/los+pozos+del+deseo+foto.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Atreverse a escribir un libro de
poemas de amor y salir con la cabeza alta después del trance
constituye un acto de valentía, casi de transgresión, en estos
tiempos de corren. Se expone uno al riesgo de desnudarse ante el
brillo de las armaduras, ser confesional o cursi sin pretenderlo o
convertir el texto en una aburrida y explícita declaración de
emociones. El último libro de Raúl Nieto de la Torre, <i>Los pozos
del deseo, </i><span style="font-style: normal;">llegó a las
librerías en el primer semestre de 2013 con la dificultad añadida
de ser un libro de poemas de amor (es triste pero hay que decirlo,
el amor está mal visto), y tenemos muchas e interesantes preguntas
que hacernos después de leerlo. El que busque respuestas en un libro
está equivocado, a no ser que las preguntas sean fáciles. Para eso
están algunas guías turísticas y muchos de los manuales de pesca
deportiva que el mercado nos ofrece. La mayoría de las veces lo
único que nos devuelve la lectura son preguntas, afortunadamente.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">El amor de <i>Los pozos del deseo</i>
es un amor perseguido y perseguidor, y no es casualidad que su título
aluda al deseo, porque Raúl nos habla de un agua que calma la sed
pero que viene de profundidades peligrosas, pozos que dan la vida o
nos atrapan ( <i>“un laberinto / que era una línea recta / de ti a
mí</i>” )<i>.</i> El poema que da título al libro nos da algunas
de las claves:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Pongamos que hablo de la vida
eterna</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>mientras tiro monedas a los pozos</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>del deseo, y solo algunos trozos</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>de mí mismo se salvan de esa
tierna</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>manera de suicidio. Que en los
pozos</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>del deseo no existe la vida eterna.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>(Pongamos que escribir es una
tierna</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>manera de juntar todos los trozos.)</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Detrás de la aparente inocencia del
planteamiento de Raúl Nieto hay un fondo de desilusión o
impotencia, una deliberada y candorosa manera de decirnos “esto no
era lo que nos prometieron, esto no es lo que yo soñé”. Es el
suyo un dócil desconsuelo cuyo único anhelo es la dignidad del que
anda cansado después de correr y acaba encontrando las palabras para
contarlo. Es un libro de reivindicación de la verdadera materia
poética, del merecido protagonismo que olvidamos otorgar al
encabalgamiento, de defensa de la música interminable de las
palabras ( <i>“y recuerda no obedecer las palabras / sino la voz”
). </i>Y se apoya para ello en una concepción sólida pero no
sonetizante de la poesía, que hace posible la escritura de una
biblia laica y personal del amor. Ayudan a tensar el hilo emocional
del libro fragmentos del diario de ella, entreverados con los poemas
como fragmentos de un diálogo intertextual que hace posible el
plural, ayudando a entender que el amor es cosa de dos y que las
voces se mezclan y se ayudan para configurar así ese proyecto de nosotros
que es el futuro. Raúl Nieto nos enseña que el amor puede suceder
en Cuenca, o en Coslada, o en una urbanización con piscinas, o en
una carretera camino de Madrid. No tiene miedo de verse a sí mismo
como una mosca en un tarro de cristal, a pensar que la vida es un
interminable gotear en una lata (“<i>... pasos que son preguntas
que son gotas / cayendo sobre una lata / que es la vida”)</i>.
Entre sus poemas encontramos a Hierro o a Cernuda o a Ángel González
empujando a Raúl Nieto para que nos hable con un nihilismo
constructor de palabras y silencios. Hay en casi todo el libro una
voluntad de no comprender (“<i>cuando la comprensión es otra forma
de rendirse</i>”) y una sensación de insuficiencia del mundo. Sus
palabras están impregnadas de la imposibilidad de nuestros empeños,
pero en algunos de los poemas se intuye una vaga esperanza,
intangible, más que metafísica, lejanísima (“<i>esa voz que nos
llama cuando hemos caído / y que no vive en las palabras / sino allí
donde acaban las palabras</i>”), residuo de una fe que nos hace
creer en un siempre indescifrable lenguaje de las emociones. Y quizás
gracias a esa fe en las emociones, el libro deja de ser un libro de
derrota, un inventario personal de sinsabores o dificultades. Hay en
sus poemas una sed de intensidad ( “<i>pues en caso de incendio /
(dicen) / rómpase todo aquello que no arda / para que nada quede de
los que se han amado </i>“ ). Late con fuerza una voluntad de ser a
la vez la destrucción y el amor, con permiso de Aleixandre, una
interminable referencia a lo efímero de la existencia y el humano e
inacabable estirar la mano para alcanzar los significados:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Si este sorbo de vida no llevara la
muerte en sí</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>como el hielo su propia sed,</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>pero hasta entonces,</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>pero hasta el último peldaño de
misericordia,</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>donde no haya último peldaño</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>que nos aleje más del suelo.</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">A
medida que el libro nos lleva nos damos cuenta de que los temas se
múltiplican e intentan modestamente abarcar el mundo ( </span><i>“Sé
/ pero qué poco / pero qué demasiado para tanta belleza” ).
</i><span style="font-style: normal;">Aparecen los amigos, el
significado de la vida, la muerte, la imposibilidad de atrapar el
mundo con la palabra, arropando ese tú a tú que implica la pareja y
sus desafíos ( “</span><i>Pero tú traes tu ciudad / y yo traigo
la mía y en ambas llueve” </i><span style="font-style: normal;">).
Se consolida página a página mostrándonos que vivir es avanzar a
tientas ( “</span><i>deslizar una mano en la luz con los ojos
cerrados” </i><span style="font-style: normal;">) y quizás su
enseñanza moral sea que solo el contacto con lo extraño nos da
otros ojos ( “</span><i>me has dado algo de ti que yo no conocía”</i><span style="font-style: normal;">).
No es el amor de </span><i>Los pozos del deseo</i><span style="font-style: normal;">
un amor hedonista. Hay portazos, sinsabores, desencuentros, egoísmos.
</span><i>Los otros dos</i><span style="font-style: normal;">, uno de
los mejores poemas del libro, nos habla del inevitable cuarteto del
amor, los que somos, los que queremos ser, los que mostramos ser, los
que creemos que los otros son. Inevitable juego de espejos:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Por detrás de ti y de mí hay
otros tú y yo</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>y cuando digo detrás lo que digo</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>no sé si lo decimos nosotros o
ellos</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">No tiene mucho sentido decir que un
libro es mejor que otro, pero después de <i>Zapatos de andar calles
vacías </i>( Ediciones Vitruvio 2006 ), <i>Tríptico del día
después </i>(Ediciones Vitruvio 2008) y <i>Salir ileso </i>(
Ediciones Vitruvio 2011), todos con una clara unidad de estilo y una
voz personal pero con cierto espíritu misceláneo, <i>Los pozos del
deseo </i>es el libro de la producción poética de Raúl Nieto que
mejor concentra sus esfuerzos en un solo tema y en el que se
intensifica aún más el efecto de sus palabras. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Vivir es el precio que tenemos que
pagar por la ficción, pero bien merece la pena vivir para encontrar
pozos, como los de Raúl, en los que las aguas nos sacien de
preguntas para enfrentarnos con nosotros mismos. </span><br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Los pozos del deseo</i></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Raúl Nieto de la Torre</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Ediciones Vitruvio 2013</span></div>
Nosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5502347999070247346.post-36356148859380993652013-10-11T11:36:00.004+02:002021-04-19T14:59:56.854+02:00La vida duplicada y el falso dilema de la juventud o el vigor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQHbr7vXvX5xqtzR2bEytwYhDZHoHERF_LbSnsxbXvViCymhDcdj2ULq4i60bSrQGtxKe2kzVIpIQK6Qfrj8YTtsXS0hiqqBWhfVEcw2uEZW78WD-2CKxtasEICwdApHmwKxqqPy736rj8/s1600/el+coraz%C3%B3n+de+lobo+foto.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQHbr7vXvX5xqtzR2bEytwYhDZHoHERF_LbSnsxbXvViCymhDcdj2ULq4i60bSrQGtxKe2kzVIpIQK6Qfrj8YTtsXS0hiqqBWhfVEcw2uEZW78WD-2CKxtasEICwdApHmwKxqqPy736rj8/s320/el+coraz%C3%B3n+de+lobo+foto.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">En
los años ochenta pasaron muchas cosas, pero no todas se recuerdan
por igual. Entre 1979 y 1985 la literatura española conoció la
singular explosión literaria de Rafael Soler, un escritor valenciano
que publicó cuatro novelas (<i>El grito, El corazón del lobo, El
sueño de Torba </i><span style="font-style: normal;">y </span><i>Barranco</i><span style="font-style: normal;">),
un libro de poemas (</span><i>Los sitios interiores -sonata urgente-</i><span style="font-style: normal;">)
y dos libros de relatos (</span><i>El mirador </i><span style="font-style: normal;">y</span><i>
Cuentos de ahora mismo</i><span style="font-style: normal;">). En ese
mismo período de tiempo recibió el Premio Cáceres de novela
(1982), el accésit Emilio Hurtado (1981), el Premio Ateneo de La
Laguna (1980), el accésit del Premio Nacional de Poesía Juan Ramón
Jiménez (1980), el premio de la Primera Bienal Literaria Ámbito
Literario (1978), la Tercera Hucha de Oro en 1978, y la Hucha de
Plata en 1981, 1982 y 1985. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Después
de semejante demostración de fuerza estética, y con una incipiente
pero monárquica galería de trofeos, su mundo interior dejó de
publicar durante más de dos décadas hasta el 2009, momento en el
que regresa de la mano del editor Pablo Méndez con un libro de
poemas (</span><i>Maneras de volver</i><span style="font-style: normal;">),
seguido de otro poemario en el 2011 (</span><i>Las cartas que te
debía</i><span style="font-style: normal;">), así como la reedición
de su novela </span><i>El corazón del lobo </i><span style="font-style: normal;">ya
en el 2012, gracias a Ediciones Evohé.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Un
vistazo rápido al recorrido literario de Rafael Soler descubre, ante
la mirada de cualquiera, un prolongado paréntesis desde su eclosión
en los primeros ochenta hasta su vuelta en el 2009. Y uno se
pregunta: ¿Por qué ese silencio? ¿Qué sucedió (o no) entre 1985 y
2009? ¿Merece la pena buscar cuáles fueron las razones del parón?
¿Tiene sentido volver? Las preguntas parecen (y solo parecen)
inevitables, pero en realidad se podría contestar con nuevas
preguntas: ¿Hay que publicar sí o sí? ¿Es noble escribir sin
tener algo que contar? ¿Es obligatoria una cronología literaria
continua? ¿Un libro es solo del que lo escribe o una mezcla de
mentes entre lectores y autores? Estas preguntas, a modo de
réplica, podrían ser suficientes para explicar las posibles causas del silencio de Rafael Soler, y al mismo tiempo se podría
entablar un productivo diálogo sobre tópicos más o menos dañinos
acerca de la creación. En cualquier caso, y a modo de conclusión,
no estaría de más darse cuenta de la evidencia de que no publicar
no significa no escribir, como no hablar no significa no pensar.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Pero,
a nuestro juicio, todas estas divagaciones no son el núcleo del
problema. El caso es que tenemos un libro sobre la mesa (</span><i>El
corazón del lobo)</i><span style="font-style: normal;"> y que estamos
vivos. La cuestión central es si ese libro sigue o no
trasmitiéndonos su vibración cuando nuestros dedos lo tocan, si
esas palabras siguen encontrando el camino hacia nuestro corazón, si
siguen hablándonos al oído y haciéndonos preguntas años después
de haber sido escritas. La cuestión, más allá de las décadas o no
de silencio y de las galerías de trofeos, es si ese libro nos
transmite todavía vida, esa vida que solo la verdadera literatura es
capaz de capturar y transmitir sobreviviendo al tiempo.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Muchos
hablan de juventud para diagnosticar la capacidad de un libro o un
autor para transmitir vida, y puede ser que en parte tengan razón.
Pero ¿Cómo se mide la juventud de un escritor? ¿Cómo se mide su
capacidad para transmitir vida a través de un texto? Es una pregunta
aparentemente fácil, pero la respuesta no figura, como cabría
esperar, en ningún carnet de identidad ni en ninguna partida de
nacimiento. La juventud de un escritor, su capacidad para transmitir
vida, es algo extraño porque una vez queda escrita la página,
entregada al editor y a los ojos de los lectores, lo que el autor
dejó escrito se convierte en una existencia que deja de
pertenecerle. Los lectores se transforman así en una especie de
vampiros al revés, que resucitan el texto y lo devuelven a la vida
cada vez que lo leen. De esta manera la vida se duplica. Dostoyevski,
monumento de escritores y modelo de buscadores de palabras, está más
muerto que muerto, como cuerpo, en el Monasterio de Alejandro Nevski.
Es una evidencia, una constatación indiscutible: ya no es nada más
que un cuerpo reducido a cenizas, polvoriento y olvidado, sin nada
que poder decir. Pero lo cierto es que lo resucitamos cada vez que
abrimos </span><i>Crimen y castigo</i><span style="font-style: normal;">
y los personajes reanudan su danza, una danza interminable de
personajes de guardia. Aún así, también es verdad que no basta
solo con un mecánico abrir de páginas para volver a la vida un
texto. La página que resucita pasados los años debe tener una savia
incorruptible. El vampiro-lector, que espera su dosis de vida,
necesita que la prosa posea su propia mirada, su movimiento, la
desenvoltura imperfecta de esa inyección de fluidos que llamamos
vida. En realidad no es juventud lo que busca en el texto un
vampiro-lector. Realmente lo que busca es vigor. Por esta razón
podríamos sustituir, para ser justos, la palabra juventud por la
palabra vigor. Y Rafael Soler es de esos escritores vigorosos que,
como Dostoyevski, duplican la vida, nos marean como un fluido que
asciende por las venas del texto, y nos hace ser más nosotros siendo
otros, a través de sus personajes. De esta manera, deja la juventud
de ser un problema cronológico y pasa a ser un problema sanguíneo,
una cuestión del sistema circulatorio que se establece entre el
texto y el lector. Y es que Rafael Soler es un escritor básicamente
sanquíneo, circulatorio, transmisor de vida. Pero, a diferencia de
Dostoyevski, cuerpo olvidado, está también vivo fuera de la página
y todavía puede darnos más vida directamente de su cuerpo, a través
de sus palabras.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>El
corazón del lobo, </i><span style="font-style: normal;">novela que
reedita Intravagantes en 2012,</span> narra la historia de pareja de
Alberto y Ana y sus potenciales o consumados amantesamigos Alejandro
y Fanny. Es una novela que elimina conscientemente todos los nexos
narrativos y acotaciones de la novela tradicional (incluso de la más
moderna), reduciendo la narración a la transmisión de lo esencial,
convirtiéndose en torrente de literatura, en voz de voces. Rafael
Soler innova, juega con la forma, pero no es la suya una innovación
vana, no es su juego mero formalismo. Las cosas suceden en <i>El
corazón del lobo</i> como suceden en la vida, sin pedir
explicaciones. Los impulsos, las imagenes y los sonidos se superponen
y se entrecruzan. Rafael Soler rompe formas y es sabia mezcla de
contrarios, del mundo exterior e interior, hondura y vanguardia,
experimentación y profundidad. Vanguardia humanizada, dotada de
contenido; vanguardia honda, si se quiere. Eleva la vida corriente a
categoría de arte. Sería imposible acotar una región de la novela
porque Rafael Soler nos habla del terreno de la intimidad y esa
intimidad es una intimidad infinita. Su mundo temático es el mundo
temático de cualquiera, y quizá sea esa su magia. Como ha sucedido
siempre en la poesía, Rafael Soler renueva con su prosa los temas
que han latido y latirán en todos los corazones de todas las
generaciones, haciendo suya una voz, renovando el lugar común con
solo su contacto. Por eso es indiferente a las décadas, a los vacíos
vaivenes de la prosa o el verso. Rafael Soler y <i>El corazón del
lobo </i>es lo más cerca que la prosa puede estar de la poesía. Y
es la suya una voz multitudinaria e íntima, dotada de un prodigioso
cerebro sintáctico para l<span style="font-style: normal;">as idas y
venidas en el tiempo, el lugar y la mente. Maestro semántico y
guiador en la fina exploración léxica del mundo, lleva de la mano a
nuestros sentidos,</span><i> </i><span style="font-style: normal;">pero
con alma y verdad, sin fingimientos. La literatura de Rafael Soler
</span>incluye todos los ritmos (o tantos que no podemos contarlos,
solo seguirlos) de la misma manera que la vida nos incluye y es
sinfonía infinita, y tiene todas las músicas. <i>El corazón del
lobo </i><span style="font-style: normal;">es</span> página que late,
palabra que nos toma de la mano y tira de nosotros, sonido que vibra
y nos empuja. Gracias, Rafa, por darnos otra vez la vida.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div><div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span face="Arial, sans-serif"><i>El corazón del lobo</i> </span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Rafael Soler </span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Colección Intravagantes</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Ediciones Evohé 2012 </span></div>
Nosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5502347999070247346.post-4647338665287175262013-09-21T20:41:00.001+02:002021-04-19T15:00:10.894+02:00El Enano Moral en el Palacio del Verbo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpmWauH5uKYnMZ0R_dViE6jScPHxVffoUp91ag3TFJbzx4b755EQRxi9WGrfK4I28oIr09iaJPaU0lTYt6zHCz8_dEGif6RDMWrnUAut3j-E68mwvKdqvLS5iKHEx4H79OtnqIcNvUXRqB/s1600/leonardo+g.+aguirre.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpmWauH5uKYnMZ0R_dViE6jScPHxVffoUp91ag3TFJbzx4b755EQRxi9WGrfK4I28oIr09iaJPaU0lTYt6zHCz8_dEGif6RDMWrnUAut3j-E68mwvKdqvLS5iKHEx4H79OtnqIcNvUXRqB/s320/leonardo+g.+aguirre.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;">Allá
por 2010, Guillermo Aguirre publicaba </span><i>Electrónica para
</i><span style="font-style: normal;">Clara, una novela que contaba la
historia de unos jóvenes que se buscaban en un Madrid marítimo y
drogadíctico, entre música de DJ´s y motos de agua. La historia
transcurría en un lugar mental poblado de embarcaderos y canales en
los que aparecían fragmentos de un Berlín que emergía del subsuelo
mientras se rastreaba psiquiátricamente la pista de una Clara
desaparecida. En esa novela, los psiconálisis de los personajes iban
voluntaria y progresivamente emborronándose bajo el influjo de una
prosa que se abría camino instintivamente como lo hacen pocas. Ganó
el XV Premio de Novela Lengua de Trapo y marcó el inicio de la
trayectoría narrativa de un autor inteligente y olfativo, Guillermo
Aguirre, que se atrevía con temas mareados ya en las máquinas de
pensar y en las máquinas de escribir, a saber: la autodestrucción,
las drogas, la locura, el amor, la bohemia, la noche y los excesos.
Guillermo hizo un triple mortal, evitó los </span><i>clichés</i><span style="font-style: normal;">
con inteligencia y una prosa intensa y llena de matices, y construyó
una novela de una sola pieza a base de fragmentos de psique. El
resplandor nos dejó ver la luz, aunque fuera la luz de un oscuro
</span><i>afterhour</i><span style="font-style: normal;"> donde
licuarse el cerebro, y fue por esa razón por la que muchos
aplaudimos su novela y dijimos bravo.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> Pero
</span><i>Electrónica para Clara </i><span style="font-style: normal;">era
una novela peligrosa porque llevaba inevitablemente implícita una
pregunta. Y la pregunta surgía de manera natural cuando uno pensaba
en el siguiente paso. Bueno, sí, muy bien, nos decíamos algunos, lo
has conseguido, pintaste el mismo cristo en la cruz que pintaron
muchos de los que te precedieron y lo hiciste bien, con una nueva
corona de espinas y elementos psicoactivos, con nuevos clavos en
forma de palabras.... sí, muy bien, perfecto, lo hiciste, pero...
¿ahora qué? Y es que la pregunta que llevaba implícita esa primera
novela era ¿ahora qué?</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> Ya
sabemos que en literatura las bifurcaciones del futuro, como las
neuronas de Borges, pueden ser infinitas, pero algunos desvíos solo
conducen a precipicios y el agotamiento no solo afecta a los
músculos, sino también a las páginas y a los temas. Había
segundos trayectos cifrados en nuevas preguntas y las opciones de
Aguirre, después de </span><i>Electrónica para Clara</i><span style="font-style: normal;">,
parecían ser fatídicas: ¿malditizarse </span><i>ad </i><span style="font-style: normal;">infinitum
y seguir insistiendo en el papel de mártir de las sustancias?
¿continuar sufriendo en público, crucificado en la página por las
excesivas ganas de vivir? ¿elevar el dolor a categoría de acto
heroico? Todo esto, unido al carácter generacional de su
</span><i>Electrónica,</i><span style="font-style: normal;"> podía
haberse convertido en la tumba perfecta para un escritor que no diera
un nuevo paso para así defender su </span><i>status </i><span style="font-style: normal;">de
inteligencia ganado a pulso en su primera incursión. Pero el hecho
es que Aguirre no se ha conformado con ese primer salto mortal y,
esquivando los obstáculos con su método del matiz y el olfato,
vuelve con ganas de luchar contra su propia fecha de caducidad. No se
ha quedado dormido en los laureles de su primeriza Clara y ha huido
de nuevo pero en otra dirección, con otro yo y las mismas ganas de
exprimir el verbo. Y lo que es más difícil: sin negarse a sí
mismo.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"> Pero ¿quién es Leonardo?</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> Leonardo
es el joven (dejémoslo ahí: joven) alrededor del cual gira </span><i>todo
</i><span style="font-style: normal;">el material literario de la
novela. A lo largo de las casi doscientas páginas que dura la
historia solo hace tres cosas: primero pide, después pide más, y,
luego, no para de pedir hasta que agota a los que le rodean. Pide amor pero
huye de él. Pide huir pero vuelve para que le cuiden. Quiere
reconocimiento, pero ni siquiera se reconoce a sí mismo. Quiere
comodidad, pero no puede pagar su indigencia. Se engancha a todo: al
café, a los antidepresivos, a las divagaciones, al tabaco, a las
mujeres, a las tetas, a los los chats, a la pornografía, al onanismo
(mental o físico), a los horarios intempestivos, a las
explicaciones, a los fingimientos, a los olvidos, a la crítica de un
mundo en el que no interviene, a sus ansiedades, a sus miedos, a los
incontables círculos que comunican una neurona con otra. Y así
podríamos seguir hasta el infinito. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> Leonardo
se engancha a todo y está obsesionado con la Teta Blanca,
interesante y paródico trasunto erótico de Moby Dick que le hace
moverse en círculos como un perro que busca su propia cola y nunca
la atrapa. Pero t</span><span style="font-style: normal;"><span style="text-decoration: none;">odo
este egoísmo de niño grande podría ser tedioso si no tuviera un
sedal invisible que tirase del personaje. Lo que hace interesante, en
nuestra opinión, a </span></span><i><span style="text-decoration: none;">Leonardo
</span></i><span style="font-style: normal;"><span style="text-decoration: none;">no
es la marioneta, sino los hilos. </span></span><span style="font-style: normal;">Guillermo
Aguirre ha borrado cualquier trazo heroico de la bohemia cansina e
insistente que circunda el mundo mental de su protagonista y lo ha
arrastrado hasta el ridículo más impensable. El protagonista de la
novela, como en la más ancestral representación del ridículo que
ya supieron ver los actores del cine mudo, tropieza con puertas, se
disfraza con gorros imposibles, corre hasta la sudoración extrema y
se revuelca entre manteles, mesas derribadas y restos de mayonesa,
mientras sigue pidiendo a diestro y siniestro cuidados, medicinas y
pensiones de una supuesta invalidez disfrazada de beca literaria.
Todo esta obsesión egomaníaca podría hacernos pensar que estamos
ante un exibicionista, pero, descosiendo el dobladillo de toda esa
prosa que rodea la verdad hasta estrangularla, no hallamos sino a un
exorcista con ganas de verdad. Aunque esa verdad sea ridícula y
autoparódica. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><span style="font-style: normal;"> No
es </span><i>Leonardo </i><span style="font-style: normal;">una novela
de trama ni creemos que pretenda serlo. Y si la tiene (la trama) es
la de una masturbación: una clara línea argumental que nos empuja a
buscar y seguir buscando (desparramando los ojos lo máximo posible) hasta encontrar
una oportunidad mínima de sacar un provecho estético y filosófico
de la obsesión. Y es que el verdadero protagonismo de la novela lo
ostenta el lenguaje, brillantísimo y lleno de matices en casi todas
sus páginas, y tabla de salvación de un argumento que solo sirve
para caracterizar el raquitismo moral y vital del personaje. Un
lenguaje que se abre paso entre la miseria humana de Leonardo y su
enanismo moral, capaz de construir un ridículo palacio de fastuoso verbo autorreferencial que nos conduce hacia la salvación a través de la
risa, una extraña forma de lucidez adquirida a fuerza de cansancio o
desesperación.</span></span><br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif"><i>Leonardo</i> </span><br />
<span face="Arial, sans-serif">Guillermo Aguirre</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span face="Arial, sans-serif">Editorial: Lengua de trapo 2013</span></div>
</div>
Nosotros los faisaneshttp://www.blogger.com/profile/03043187130043772070noreply@blogger.com2